viernes, 28 de septiembre de 2012

Infieles causas ...






¡ Qué dolor
en la infieles causas de la vida,
cuando no baila
el aire de tu boca,
los suspiros
de unos labios que giran,
robándole algún vals
al aire tímido
que sale de otra boca
entretejida !.

Se aprisionan veloces
los besos marchitados.
Se deshacen despacio
las lunas en zozobra.
Se acumulan visiones
en pequeñas palabras,
que se buscan encima
y debajo de  gestos,
que ocultan las pisadas.

Ya no queda
sino un silencio amargo,
aunque surjan palabras
vestidas de rutinas diarias.
Es posible que el dolor huela
lo que hemos hecho,
y destroce la luz
de las miradas
sin rescatar siquiera
ningún beso,
ningún hálito
que aún quede errabundo,
dormitando en la piel
que fue su amada.


Si palpita el silencio
todo es nada
y el dolor
se sostiene
en un látido,
del corazón enfermo...
que ahora calla.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Perdida lectura ...




Qué perdida lectura
se queda entre las sábanas,
esperando mi sueño
y mi locura.

Visiones de palabras
que escriben en silencio,
cada noche escondida
en sábanas leídas
y adornadas de lápices
que marcan tantas líneas,
que se expanden las letras
a la boca que habitan.

Y se sueñan palabras
que se enredan
formando alguna página pintada.

Un dibujo de abrazos
y pasiones
que se duermen
al borde de mi cama,
sujetando personajes
y voces y luces apagadas...
o encendidas,
de la historia veloz
que me acompaña.

Qué me leo en los ojos
y en los labios,
la locura de palabras
de sábanas leídas,
escritas por el sueño
y la sonrisa,
de escuchar el sonido
de las letras
que se mueven deprisa,
a rozar el corazón
que me delata.

Qué perdida lectura,
que me deja extasiada
en sus palabras.




domingo, 16 de septiembre de 2012

La mirada del espejo




Con la calma perfecta
del perfecto silencio de la muerte,
he venido a vestirme
las galas trasnochadas y atrevidas
de no callar del todo
ni morir para siempre.




Cerré postigos, ventanas
y hambre de lunas
y me miré al espejo
desnudada de ti
y de tus entrañas
¡ qué paso tan oscuro
al verme refejada
qué no supe mirarme
nuevamente!

Se me ha quedao abierta la sonrisa
por si acaso tus labios regresaran
al sabor de mi boca, de esta noche tan fría,
pero dudo entre el eco del pasado
porque ya no hay palabras
que puedan repetir
el aire de tu aliento
resbalando por esta adormecida piel
de noche cristalina.

Una añoranza ya quieta,
resignada,
sin ánimo de lucha
ni siquiera por una vida propia,
se aplica a despejar
sus largas vestiduras
de los días pasados
que hicieron que muriera
en estos días.

¡ Ay si me oyera aún mi corazón
que vive ahora en la derrota !
Si me oyera un latido, una reliquia antigua
de un corazón resquebrajado,
que por no callar...grita.

Vuelvo otra vez a suplicar la muerte
de arreboladas voces aturdidas.
Cansada la paciencia y la nostalgia.
Cansado el sufrimiento
y los dolores de las pálidas
lunas encendidas.

Tan sutil la trémula
mirada del espejo
que me abrocha crepúsculos con noches,
en un atrevimiento de locura,
bordando con esmero
ese recuerdo
que declara inocente mis palabras,
todas aquellas que fueron de un amor
o una partida.

Y me desprendo lenta del espejo
acariciando el miedo del olvido,
sino regreso a verme.
Si no supe guardar lo que he llorado,
no sabré regresar del morir mío,
a venturosas gracias
sin sentido,
para calmar la noche y el silencio
de la perfecta calma
que se habita en mi cuerpo
y es mi abrigo.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Y porqué si tan sola ...










Y porqué si tan sola
no me resbala el alba,
ni siquiera un momento
para tenerme a medias
con la luz ocultada.

Y porqué si tan sola
se me escapa el silencio
y me vende unas alas
que no saben moverse
más que con esos brazos,
que abrazaban momentos
que ahora están doblados.

Y sola sigue el alma
amañando lamentos,
que se olvidan del suelo
donde desnudan palabras
para esconder el miedo
de volver a ser solas,
entre miles de cielos.

¿Y porqué si tan sola
si ya se llega el alba?
No es luz que se amanece,
es nada más un sueño
que se agita entre nubes,
midiendo algunas lágrimas
de las voces que a solas...
resbalan por mi cara.

sábado, 1 de septiembre de 2012

La penumbra ...








De siempre estuvo sola la penumbra.

Apenas sostenía esa pequeña luz, para no tropezar con las esquinas de la vida.
Se tapaba la voz con umbrales vacíos porque así no tenía que explicar que su voz era falsa.

Las noches que dormía al lado de una luna hechicera, redonda y luminosa, la hacían desprenderse de sus pasos cansados y correr hasta la nube donde el sueño esperaba su tenue silueta... y el sueño la tomaba para cerrar sus ojos y otra vez, volvía a quedar sola.

La penumbra no ha conocido nunca otro color, que el que le dejan ver por las rendijas del sol los misteriosos días.
La penumbra a fuerza de mirar casi sin luces, esta ya medio ciega.
Necesita la ayuda de algunas manos amigas para poder recorrer los lugares, por donde es requerida cada día.
Al paso de las horas, cuando llega ya la anochecida  se viste, se acicala y acerca su mirada tímidamente hacia una nueva noche, que será quien la acoja hasta el minuto exacto donde su ruta termina.

La penumbra resbala y se deshace cada vez que las noches despiertan y avanzan hacia la luz del alba.
Y no sé si es feliz porque no ríe. Ni llora, ni baila, ni gime, ni ... ni siquiera  se escuchan los besos olvidados que hicieron que se quedara sola.

Ahora viven conmigo, la penumbra y esa soledad que de siempre la abraza.