martes, 5 de mayo de 2020

FASE 0 IN VITRO

 

Cada día desdoblaba su cuerpo a la hora precisa. Se miraba en aquel espejo grande y antiguo, donde las florituras del marco parecía que le indicaban lo que tenía que corregir, para ser una cuasi perfecta réplica de el mismo. Y estiraba o recomponía ciertas zonas de su piel u osamenta, para ser exacto a si mismo. No un gemelo, sino él. Dos, de uno sólo que compartían piel, músculos, órganos, etc
No podía caber la duda de que pudiera ser “otra persona”, porque él, era un ente especial, entre todos los productos que existían en esa colmena de entidades abstractas de las que pensaba aprovecharse. Su hipnótica habilidad, conseguía traer a los sujetos más débiles hasta sus entrañas. Fagocitosis. La que alimentaba tanto su extraño cuerpo, como su órgano pensante. Supo generarse un habitáculo de imagen humana y adquirió por imitación de algún que otro “cuerpo extraño excesivamente mundanal”, la habilidad de hablar, con lo que no se hacía diferente entre la multitud de seres que circulaban por todas esas calles de ciudades caduca y en trance de destrucción,por las contantes lides entre sus congéneres... y su supervivencia de los “mundanales cuerpos”!
No era el único que existía de esta categoría. Habían ido poblando con paso firme las estructuras de ya muchos humanos, (esos mundanales), y les estaban sobrepasando en número a un ritmo vertiginoso. Mataban sin duelo y sin conciencia ninguna, puesto que eso no lo conocían e iban adquiriendo más poder sobre sus territorios conquistados, anulando febrilmente a sus huéspedes elementales, sucumbían a la estrategia y se les iba destrozando hasta aquello que ellos llamaban “alma”. Un concepto de vida, que por más que no entendieran, sabían que les confería una extraña energía. Un poder extra que los replicantes traían para si, a la hora de ir soportando las incursiones con las que se les intentaba aniquilar. Su fuerza consistía en “permanecer inmunes”, con una capa de extrañas partículas casi invisibles que protegían su estructura y eso era un gasto energético que reponían con esas “almas” que habían logrado destruir en las incursiones corpóreas, las cuales analizaban con un excelso cuidado para atraer primero a los más debilitados. Pasado cierto tiempo, descansaban lo que les era necesario, regresando a un único ente y retomaban su vida de adecuado reposo, hasta la siguiente fase de habitar células de entidades “mundanales”, para seguir sobreviviendo.
Con un descanso bastante breve solía ser suficiente para iniciar una vez más intrusión en los cuerpo humanos seleccionados. La diferencia de veces anteriores era que después del primer ataque, se podían desdoblar en dos entes y en las ocasiones siguientes, dependiendo de la energía absorbida, podían replicarse en más de dos, con lo que su progresión de abducción de “mundanales” era más rápida para ellos, con lo cual su estratégica conquista se iba convirtiendo en algo mucho más cercano. Desaparecerían los humanos para dar paso a los entes replicantes, en cuanto llegasen a la eliminación total
A partir de ahí entrarían en la “FASE 0 – IN VITRO” de sus planes para habitar todos los territorios que querían y necesitaban para sobrevivir. Ya habían conseguido que una gran parte de los “mundanales” se quedasen en su pequeños asentamientos...

A 1 de mayo, del año del Señor de 3020:
Los humanos seguimos confinados en nuestros asentamientos cada vez más diminutos, puesto que nuestros refugios son los templos, donde no se acercan los replicantes. Oramos largamente, con nuestras almas suplicando y esperando que El Señor haya acogido en sus cielos, a todos nuestros fallecidos y permita en su bondad que estas malignas criaturas desaparezcan de este, que era nuestro mundo...
¡ANTES DE QUE PASEN OTROS MIL AÑOS!