jueves, 18 de octubre de 2012

La herida ...




En la herida no existe casi nada, es sólo un apartado de una luz que fue y ahora se ha mudado.

Deja una cicatriz, que abraza algún olvido donde se aposentaban los días de silencio y los días de ruidos.

Brota sangre vencida y se estallan lamentos en cada linea abierta que dibuja sus bordes.

Es tan frágil la herida, tan frágil, que si apoyas un beso inicia su partida hacia otro lugar donde pararse, para  no ser vencida por el dolor que emana de un amor de mentira.

No sostiene perdones al alba, ni cuando ya el ocaso, atraviesa paredes con un caminar lento que se atreve a dudar, de su rasgado trazo.

En la herida, vive un lamento absurdo que sirve de refugio a miles de partidas.

Es sencilla y a la vez te conquista por el dulce sabor que la acompaña, vistiéndola de seda en cada esquina de su inquieta aventura de curarse y recaer de nuevo si la miran.
En la herida hay dolores y sonrisas, según como la trates, según como la evites, según como la uses, según como la inflijas...     

4 comentarios:

  1. Nunca una herida fue tan hermosa... ni dolió tanto.

    Mil besos

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  2. Precioso texto; esta prosa, tan sutil, construida de verso...me encantó.
    Algunas heridas,aunqué duelan (..a veces) enriquecen.
    Un placer pasar por aquí.
    Saludos de un ex búho :)

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  3. Como siempre,es un gustazo entrar a tu rincón!

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  4. Descrita así, como lo haces, de esta manera tan bella, casi no quisiera que se cerrara la herida.
    Besos.

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