lunes, 17 de junio de 2013

Ahora... el silencio



De todo lo salvable, sólo quedó el silencio.

Quizá porque entre su líneas sordas eramos nosotros realmente.
Cuando nos descubrimos nos hablaban palabras, la piel, los besos... todo en nosotros, quería contar algo de nosotros.


Ahora ya no hay fuerza para saltar barreras y rozarnos enteros, como entonces.
Ahora es el silencio. De una forma tan rara va uniendo cada día donde aún nos vivimos en una misma casa, en una misma mesa, en una misma cama.

Y todo es el silencio.
¡ Qué no medie palabra de un cuerpo hasta otro cuerpo, que ya no lo entendemos !

Un idioma cansado se apoderó del hueco de los labios y ya si nos hablamos, la boca nos silencia las ideas antes de que se esparzan en el aire con el que respiramos.

Ahora es el silencio, ya lo dije.

Un silencio... del que no me arrepiento.

2 comentarios:

  1. Imposible que te arrepientas Augusta. Esos silencios están poblados de recuerdos y sobran las palabras.
    Ana Noreiko

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  2. Utilizas una prosa poética exquisita, Guaci, si no te lo dije antes lo hago ahora ante este escrito tuyo.
    De todo lo salvable sólo quedó el silencio...
    Abrazos

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