miércoles, 17 de julio de 2013

Lo ya ganado...




No me gusta perder lo que he ganado, así pues estoy dedicando mi tiempo a mirar las cosas por segunda o tercera vez, para que no se me escape ningún detalle de lo que tengo y vivo.

 Existo porque aún no me toca morir, eso lo tengo claro, pero en este momento lo que me preocupa es lo oscuro.

Una sucesión de días que no parecen días porque les falta alguna luz, noches que se quedan escondidas en unas sombras que transpiran dolor al lado de mis sueños, horas vestidas de segundos por lo rápido que pasan y a la vez dentro del hueco del reloj, hay prisa por dejarme a solas.

Casi no me detengo a ser yo. Casi no soy yo en ningún momento de todos esos días agrisados y fatuos que tengo delante y de los que no puedo ni debo huir.

La voz es veloz hacia dentro y me habla a cada rato. Me sacude las venas su rumor, hace que me acicale lo que siento y lo transmita entero con cada palabra vieja que me salta de la boca, hasta los sonidos precisos que soplan aires nuevos, apoyados en esquinas torcidas de la vida.

Y quizá voy muriendo en las lunas cuadradas de esta mente que me sacude el alma y me hace mudar la piel. Una piel arrugada de años lentos que ahora se me echan encima muy deprisa, una piel que desnuda los pasos que me quedan y me roza la sonrisa para que no me olvide de las huellas que se quedan detrás y que aún me esperan para aprender a ser yo, con mi locura a cuestas e intentar no perder... lo ya ganado.

2 comentarios: