miércoles, 3 de octubre de 2012

Justicia rebelde ...



Ahora te echo de menos,
"rebellis iustitia".
Desde que ya no estás
me está doliendo el silencio.

Burbujas que se pasean
con un sentido secreto
y en el alma algún supiro,
para no olvidar el tiempo.

Ayer fuimos humo de llamas
y de lucha en desespero,
hoy quisiera ver mis pasos
con el calor que merezco
y no el dolor de las muertes
que hacen que duela el silencio.

Viven las nubes despacio
paseando disparates
haciéndonos creer un cuento.
Un cuento, tras otro cuento
para doblarnos el cuerpo,
las verdades que aún nos queden
y los pasos trapecistas
de años equivocados
que nos dejaron el miedo.

¿ Dónde tengo que asentarme
en este dibujo lento
por el que pasa esta vida,
que parece que no acaba
si no acabas como muerto ?

Es un punto la salida.
Lejos, lejos...aún demasiado lejos.
Me vivo en un claro intento
de ser digna de mi mundo,
y dejar un mundo digno
al que tenga que vivir
despues que huya mi cuerpo.

Pero me asaltan las dudas
de todo lo que estoy haciendo.
¿ Será bien si clamo al cielo?
¿ Y si atesoro lamentos
para romperlos deprisa
delante de mil espejos
y que inunden las aldeas,
las ciudades y los pueblos ?

¡ Tantas veces no lo entiendo !
Cuando me falten las fuerzas
y mi voz se caiga al suelo
y casi en susurros delate
al que avasalla miradas,
al impostor que atenaza
la voz que grita del pueblo,
creo que habrá alguna luna
que haga surcar el camino
reflejando algún momento
que deba quedarse quieto
por un instante tan sólo...
y luego volver despacio
a las manos que se agitan
buscando un camino justo,
y saber que la justicia
existe si la queremos.

Duele el silencio maldito
de esas bocas callladas,
que no levantan sus manos
para escribir en el suelo
que hace falta un hombre justo,
coherente en sus ideas,
de trato amable y sincero
para guiar los caminos
del que aún quede viviendo
en este mundo de tierra
que pisamos sin saberlo.

Duele el silencio si calla
y va  matando recuerdos
de algunos tiempos precisos,
donde la lucha ganaba
a la desidia del pueblo.





3 comentarios:

  1. Un poema sobrecogedor, que da mucho que pensar.
    Un abrazo.

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  2. Que fuerza tiene este poema!
    Saludos,
    Trini.
    Si te gusta mi blog y quieres podemos seguirnos.

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  3. ¡Cómo te disfruto, amiga mía!
    Remueves todos los cimientos del alma, querida Guaci.

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