sábado, 7 de septiembre de 2013

Mi loco Mencey...





Sábado y ya tantos años en un lazo que no deseo que acabe, porque su vida y la mía supieron encontrarse a través de las luces de una luna que nos miraba a los dos, midiendo nuestras noches y nuestros días.

Sábado de ojos que a pesar de que no me ven ahora, conocen todos los rincones de mi vida, alma y cuerpo, porque somos un sólo fuego que se rinde ante los ojos de miles de deseos.

Sábado que sabe a un salitre atlántico y guanche, donde me refugio del dolor y del miedo, cuando me acechan...y él me presta sus brazos y sus besos, hasta que llega esa serenidad que me transmite cuando vivo de él.

Y hoy, otro sábado más para vestir de seda los minutos que nos quedan. Una noche de esperas y perdiciones, entre las velas encendidas de su cumpleaños.
Mi loco Mencey, desde esta playa blanca que conoces, deseo que los años sean enteros de los dos y para los dos... ¡siempre!.

2 comentarios:

  1. La vida nos trae esos sábados, con distintos colores y sabores, con aromas y formas soñadoras, a esos hay que dejarlos entrar.
    Abrazos, Guaci.

    ResponderEliminar
  2. Bellísimo! Te lo comenté el otro día,y hoy al releerlo,vuelve a estremecerme el contenido tan profundo y amoroso!

    ResponderEliminar