martes, 31 de diciembre de 2013

Retrato de familia...




Los que fueron y ya no están, los que estamos y queremos ser aún para no perder nuestra esencia.

Los miles de momentos que se han quedado entre cada línea de cada mano o cada beso, las pequeñas cosas que nos sostuvieron en lo difícil porque supimos que éramos todos de cada uno de los otros, los días con esa rutina que nos hizo saber que siempre había alguien que no dejaba de estar, las noches de tertulias donde estábamos y decíamos sabiendo que a lo lejos nos quedaba el amanecer, un sol detrás de cada uno de nosotros que amparaba las pisadas de la vida que nos ha movido hasta este momento, una luna que estiraba su luz hacia nuestras almas para conservarlas por los tiempos precisos.
Los que fueron y ya no están... siguen.
Los que estamos y todavía queremos ser... seguiremos.
Porque nos quedan muchos sueños que cumplir.
Ya de los que fueron, ya de los que estamos... y no seguir sería rendirse a no vivir.

miércoles, 9 de octubre de 2013

¿ Tendrías tiempo ?






¿ Tú crees que teniendo tiempo,
tendrías tiempo conmigo ?

Me sobran tantos minutos
que quiero hacerte un regalo,
dejando caer despacio
cada segundo a segundo,
para que llueva en tus ojos
el tiempo que no te tengo
y puedas sentir las horas
donde me siento tan lejos.

domingo, 15 de septiembre de 2013

El albúm de mamá...




Se me ocurrió mirar las fotos más pequeñas del álbum más antiguo de mamá. Por alguna razón me llamaban esos bordes contorneados que hacían de paspartú enmarcando las fotos. Poco a poco saltaron a mis ojos los niños retratados en ese blanco y negro que ahora ya mudaba su color, a un translúcido raro de los años dormidos.

 Recordé tantas cosas en esta tarde de otoño, que al despegar mis manos de las solapas enteladas del álbum, sabía que lloraba porque había un vacío, de todos los que fuimos escogidos para ilustrar los ratos de unas vidas, sobre ese papel luminoso y satinado.

Vi la luz que jugaba en la abiertas manos de Sofía, pintando en la pared sus animales al amparo de la lámpara que el ama sostenía. El veloz caballero D. Manuel con su espada y su cota que despertaba a la eterna princesa con su beso y rendía su sombrero de plumas a sus pies. Candela, la distraída muñeca de papá que miraba sentada en el regazo de la abuela y que se revolvía como loca cuando algo le gustaba aplaudiendo con sus gordas manitas. La morenita Lola, que usaba las piezas de construir castillos para hacer parques y jardines de flores, como los del Retiro y nos hacía oler sus arcos, para notar el aroma de  las rosas rojas que veíamos tantas veces.

El antifaz que un día trajo el abuelo a casa, se ha quedado en los ojos al lado de una sonrisa abierta, complice y feliz de poseerlo del bravo D. Manuel... ¡ un regalo precioso que cuidó siempre con esmero su dueño ! Usaba sus pistolas como cualquier valiente del Oeste y arreaba a un ganado imaginario por los pasillos de la casa, con su antifaz calado, hasta que era mamá quien lo paraba en esas correrías.

Por dos veces me recorrí las fotos como si así, pudiera regresar un momento a esos días donde sólo viviamos, sin saber que todo se quedaría impreso en mil fotografías. Sí que me acuerdo, sin que tenga que ayudarme de ninguna imagen, de mi madre jugando con nosotros, o de las cartas que papá nos dejaba en rincones de la casa, para que al encontrarlas supiéramos que estaba viviendo a nuestro lado, sin quitar los secretos de sus niños, pero sabiendo de ellos.
Sus niños que ahora lo vemos todo desde lejos y sin embargo, todo tan dulce como antaño. Y he pensado después de repasarlo, que si tengo que ser niño en otra vida...quiero volver a ser de ellos.   

sábado, 7 de septiembre de 2013

Mi loco Mencey...





Sábado y ya tantos años en un lazo que no deseo que acabe, porque su vida y la mía supieron encontrarse a través de las luces de una luna que nos miraba a los dos, midiendo nuestras noches y nuestros días.

Sábado de ojos que a pesar de que no me ven ahora, conocen todos los rincones de mi vida, alma y cuerpo, porque somos un sólo fuego que se rinde ante los ojos de miles de deseos.

Sábado que sabe a un salitre atlántico y guanche, donde me refugio del dolor y del miedo, cuando me acechan...y él me presta sus brazos y sus besos, hasta que llega esa serenidad que me transmite cuando vivo de él.

Y hoy, otro sábado más para vestir de seda los minutos que nos quedan. Una noche de esperas y perdiciones, entre las velas encendidas de su cumpleaños.
Mi loco Mencey, desde esta playa blanca que conoces, deseo que los años sean enteros de los dos y para los dos... ¡siempre!.

lunes, 2 de septiembre de 2013

La vida que nos mima...




Tan cercana la vida que se posó en el cielo, cargando las nubes de
sueños compartidos. Unos pasos pequeños descendían deprisa por
unas escaleras lluviosas, hasta rozar los labios que se sabían rotos
y arreglaba suspiros vistiéndolos de perfectos reflejos de un sol
ya casi abandonado.
En nada los días volverán a ser cortos y la vida no tendrá más
remedio que ser alma dual, para poder estar en los inicios de las
noches que ya se van intuyendo en este fin de Agosto.
¡ Ah la vida, qué regalo ! Avanza sabiendo que nos tiene en su
regazo, como niños. Nos mima, nos acuna, se ríe o se lamenta con
nosotros...
Nos escribe trocitos de algún día perdido o nos muestra en los
sueños caminos, que puedan ser el que nos guíe al final del
sendero. Un boato colmado de esa exigencia dulce donde nos
encontramos en cada amanecer.
Y puede ser, que sabiendo que siempre sus manos están prestas a
nuestros desencantos, cuando nos llega un aire desabrido o una
nostalgia loca, pidamos sus abrazos y volver al refugio de su alma,
la que siempre nos cuida por mal que nos sintamos.
¡ El cuento de la vida !... donde todo dragón se enfrenta al paladín
que rescata princesas y todo príncipe se convierte en azul para
ejercer de tal, a pesar de sus miedos.
¡ Qué regalo la vida ! El cielo sigue ahí, visitando los pasos de cada
peregrino de mil sueños que insisten en mantenerse intactos,
colgados de cada corazón, que nos hace saber... lo bello que es
vivir.


( El domingo día 1 de septiembre, estuvimos celebrando el 2º aniversario de El Rincón del Poeta. Recitamos, cantamos , nos reimos y al final nos despedimos con la canción central de la película " LO bello que es vivir". Un lujo de domingo paara comenzar septiembre y seguir siendo poetas en ese trocito de calle donde nació Arniches... A todos, gracias por compartir esos  momentos. )

miércoles, 28 de agosto de 2013

Un sueño...




Un sueño, un sólo sueño es lo que necesitábamos en cada noche donde no sabíamos encontrarnos.
Llegaba la hora de sentir a oscuras lo que nos había faltado en las horas de luz vestido de algún sueño.

Por eso las súplicas creaban un susurro pidiendo que la noche durmiera las razones y dejara en cada poro de la piel las migajas de ese amor que ahora ya no existía, pero que estaba atado de por vida a todas las noches de lunas encendidas, que aún nos miraban esperando retomar un sitio preferente en nuestras bocas perdidas, las que antaño fueron palabras tiernas, sabores dulces, abrazos largos desde senderos de rutas de un volcán lleno de fuegos.

Fuegos que se convirtieron en un derroche de paz en soledad y artificio que evitaba el darse cuenta de que lo que nos movía no era ya la emoción de saberse "entero" y "partido" al ser a la vez un "yo" y un "tú", sino más bien la costumbre de estar, donde tienes que estar, sin peguntar al corazón si eso es lo que quiere o lo que necesite para sentir la vida entre la piel.

Un sueño, un sólo sueño bastaría para que no quedara en el olvido todo aquello vivido.

Un sueño y no volver. Sólo dejarse estar... donde tienes que estar.

viernes, 26 de julio de 2013

Corazones en duelo... ( accidente tren en Santiago de Compostela )



La muerte supo su destino al torcer en la curva  que rozaba  al principio en silencio, los tantos corazones que debería llevarse.
Apartó su maraña de alboroto de muecas y fue abriendo su capa para acoger el duelo que se iba acercando en cada chirrido que emitían los rieles de la vía ferroviaria.
Nadie sabía si este iba a ser su día o si aún le esperaba alguno de ese regalo hermoso que le llegó cuando fue nacido.
Nadie, nadie esperaba que quien en esta ocasión iba a recogerle a la estación, sería la parca.
A su familia o amigos sólo les iba a ser permitido recorrer recuerdos y llorar dormidos o despiertos su falta, esa ausencia diaria que ya sería para siempre.
Un dolor silencioso abrumando los días y las noches hasta estallar en ese otro dolor arisco y puntilloso de la amargura y el tremendo desasosiego, que se cuela hasta la sangre honda que evita los suspiros abiertos.
Y el resto de la vida sigue... siempre sigue, porque el tiempo no para para nadie, creando una obligación para continuar a pesar de que el corazón se quede atrapado para siempre, en los escombros de unos rieles de esa vía del tren...

( ¡ Ánimo Galicia ! )

sábado, 20 de julio de 2013

Defecto aparente...

El defecto aparente
que llega y me destroza,
invisible a los ojos 
que traicionan
a  mis labios cansados.

Y sin saber decirlo,
lo digo a traves de ese suelo
que salva mis caídas,
abrazando mi cuerpo,
en sus pasiones destapadas
y aturdidas.

Voy uniendo los lazos
de una saliva espesa 
que escapa a los deseos
de quien me mira y me desea,
en estúpidos labios de mentira.
Y suenan unos pasos
que esperan el hastio
de quien trajo las huellas
de números vacios.

Que defecto no hubiera
sin hablar del sonido
que suena en las maderas,
cuando crece desnuda
y sonrie despierta.
La ayuda que no llega,
se persona absoluta
en voces escondidas
de mentes abducidas,
después de que los cuerpos
se vistan sin medidas
y se salven las luces
de las supuestas redes,
donde caen las salivas
que saben a recuerdos
de los oscuros días
que ocupan los defectos
que llegan y se inclinan.

Se que me estoy robando
la silueta exacta de unas manos,
que coinciden
con lo que me destroza
los pasos que pasean,
entre tantas caídas
que escucharon de cerca
y a veces desde lejos, 
mis lagunas tranquilas
y siempre dolorosas
de todos los defectos
que estallan entre pieles...
que aún saben a vida .

( Un lujo en esta ocasión por contar con la fotografía "El tronco de los besos" de Leila Amat, para ilustrar este poema. 
Gracias Leila, por prestarme la imagen. 
Un abrazo...Guaci ) 

miércoles, 17 de julio de 2013

Lo ya ganado...




No me gusta perder lo que he ganado, así pues estoy dedicando mi tiempo a mirar las cosas por segunda o tercera vez, para que no se me escape ningún detalle de lo que tengo y vivo.

 Existo porque aún no me toca morir, eso lo tengo claro, pero en este momento lo que me preocupa es lo oscuro.

Una sucesión de días que no parecen días porque les falta alguna luz, noches que se quedan escondidas en unas sombras que transpiran dolor al lado de mis sueños, horas vestidas de segundos por lo rápido que pasan y a la vez dentro del hueco del reloj, hay prisa por dejarme a solas.

Casi no me detengo a ser yo. Casi no soy yo en ningún momento de todos esos días agrisados y fatuos que tengo delante y de los que no puedo ni debo huir.

La voz es veloz hacia dentro y me habla a cada rato. Me sacude las venas su rumor, hace que me acicale lo que siento y lo transmita entero con cada palabra vieja que me salta de la boca, hasta los sonidos precisos que soplan aires nuevos, apoyados en esquinas torcidas de la vida.

Y quizá voy muriendo en las lunas cuadradas de esta mente que me sacude el alma y me hace mudar la piel. Una piel arrugada de años lentos que ahora se me echan encima muy deprisa, una piel que desnuda los pasos que me quedan y me roza la sonrisa para que no me olvide de las huellas que se quedan detrás y que aún me esperan para aprender a ser yo, con mi locura a cuestas e intentar no perder... lo ya ganado.

domingo, 7 de julio de 2013

Botones en la boca...


Los botones de la boca eran tan pequeños, que dejaban que se escapara el aire entre sus dientes.

Unas veces formaban palabras dulces y armoniosas y otras, las más desde hacía ya algún tiempo, con veneno en cada sílaba.  
Torcía los labios en una mueca absurda cada vez que pisaba las mismas baldosas donde él había pisado descalzo tantas veces, para acudir a su cama.
El sabor de los lamentos en la despedida forraba las paredes de su casa y la ahogaba en ese silencio sin besos, ni abrazos, ni nada.
Un espejo reflejaba la ira contenida en sus mejillas, con ese color rosado vibrante que llegaba a alcanzar los bordes de los labios, casi entresacando esas palabras sucias y viejas que ahora dormían a su lado cada noche.
Cada pliegue de las sábanas tenía el aroma de su cuerpo bordado en los festones de una piel, que se fueron quedando al lado de su piel.
Un tejido de luces que abrasaban las sombras de cada día que acababa.
Espasmos de locura obedecida, para saberse enteros el uno con el otro, revueltos, caídos, alados, muriendo en cada esquina y renaciendo en un beso olvidado dos minutos atrás, mientras se miraban a los ojos para decirse adiós sin despedirse.
¡ Qué lujo la inocencia, que la llevó un inicio que hizo que no volviera !
Se deshicieron lazos al son de las campanas de la ermita y una voz quejumbrosa, de los pasos del tiempo los llevó hasta ese daño que mata y muere cuerpos en el borde de esos suspiros lentos, donde se ajustan botones en la boca, para que no salga el llanto, ni las palabras ciegas, ni las razones muertas de cada desengaño. Ajustando el corpiño que sujetaba su alma con cintas de colores, siguió con su memoria viviendo la injusticia.
Ya casi era un olvido su presencia, salvo por esas noches de truenos de tormenta que hacía que volviera hasta esos brazos, que la abrazaron toda midiendo sus caderas.
Un sólo ruido del aire soltaba los botones de su boca y saltaban palabras como jauría loca que buscase a su presa.
El calor del silencio la volvía a su sitio, al hueco refugiado donde bordaba lenta dispersas emociones y alguna que otra vez... se cosía la boca. 

domingo, 23 de junio de 2013

Hada de San Juan...




Intentando despertar me encontré que aún no había dormido, y por San Juan, las luces de las hogueras me llamaban con tanta insistencia que no tuve más remedio que acercarme.

Las luces rojas y azuladas estaban mirándome despacio, como si los colores tuvieran algo que contarme.
Poco a poco mis pies caminaban en un paseo dulce sobre la arena de aquella playa.
                                                                                       
La languidez del agua, ese mar de oscuro azul y plata, me iba rodeando, mientras el fuego cantaba sus prédicas y me envolvía en un sueño, que había perdido hacía ya un tiempo. Me deje llevar y amanecí tumbada en los rastros y las pequeñas brasas que aún besaban la playa.

Noté que mi cuerpo ya no era el mismo. Sentí la magia entre los dedos, y mis manos supieron que cada roce, ya no sería el mismo. ¡Se habían convertido en 10 varitas mágicas!. Un regalo precioso, para el regreso hasta el mundo donde me guardo cada día.

Desde hoy ya sé que estoy en el camino. Una pequeña hada desteñida, buscando el lugar donde saber que existe, en un papel ... en un beso ... en una caricia traspapelada ... en una mirada que acompaña ...
En algún momento, cuando pueda moverme sabiendo más cosas, subiré de categoría y podré ser ... ¡ Un hada !. De momento escribo para encontrarme entre las nubes que sobresalen y me observan, para dulcificar mis días. Sólo estoy rastreando mi destino.

Un hada desteñida
ausentada en los ojos,
que ya no respiraba
los sueños de dulzura.
Un hada enloquecida
vestida de misterios
con brotes de locura
encerrada en sus cuentos.
Ilusiones dispuestas
al borde de las manos,
rompiendo los sonidos.
                                   
Augures preferidos
por cartas embrujadas,
recortes de palabras
sobre papel vencido.

Un hada que se esconde
en la vereda estrecha
de los árboles viejos
que escuchan sus gemidos.
Un hada que ha perdido.
Un hada que regresa.

Gracias por lo guardado.
Gracias por lo vendido.

lunes, 17 de junio de 2013

Ahora... el silencio



De todo lo salvable, sólo quedó el silencio.

Quizá porque entre su líneas sordas eramos nosotros realmente.
Cuando nos descubrimos nos hablaban palabras, la piel, los besos... todo en nosotros, quería contar algo de nosotros.


Ahora ya no hay fuerza para saltar barreras y rozarnos enteros, como entonces.
Ahora es el silencio. De una forma tan rara va uniendo cada día donde aún nos vivimos en una misma casa, en una misma mesa, en una misma cama.

Y todo es el silencio.
¡ Qué no medie palabra de un cuerpo hasta otro cuerpo, que ya no lo entendemos !

Un idioma cansado se apoderó del hueco de los labios y ya si nos hablamos, la boca nos silencia las ideas antes de que se esparzan en el aire con el que respiramos.

Ahora es el silencio, ya lo dije.

Un silencio... del que no me arrepiento.

domingo, 9 de junio de 2013

Rutina...



Cambiaría algo.

Desde que he despertado, me he dado cuenta de que este es uno de los finales que no tenía para mi historia.

Fuimos dos, para pensar como dos y sentir como dos, pero los días pasaron y la rutina mandó a sus armas a medir nuestras fuerzas.
Ganó ella, a pesar de los miles de esfuerzos que hicimos para que su trabajo no prosperara.
Ganó ella, porque no supimos hacer de sus ideas locas nuestras posibilidades de saltar al vacío sin su compañía.
Ganó ella y nos dejó a cada uno con un hueco de ojos y de besos perdiéndose entre la piel que ahora se marchitaba deprisa, sin nuestra sombra respirando entre sus costuras.
Ganó ella y ahora creo que ya no hay remedio para estas lágrimas tan torcidas de no tenerte cerca, ni para este dolor tan agarrado al pecho que me hiere la vida, cada vez que te pienso.
Ganó ella para que no te acuerdes de mi nombre nunca, porque si lo dijeses en alto te sabría muy cerca y tú me tendrías dentro de tus sueños.
Ganó ella, por eso cambiaría algo que hiciese que existiese algún regreso... y nunca este final que está acabando con mi historia. 

sábado, 1 de junio de 2013

Nunca fue amor...



Nunca fue amor, sólo un capricho. Ansia de dulce y locura, dentro de una voz que se había colado en los oídos. Un esperanza cambiada a una realidad que en su tiempo fue un sueño, que se convirtió en esa dicha de saber que existes para alguien... pero nunca fue amor.
Fue un salto al vacío, anidar en el abismo buscando un lugar en ese precipicio de piel sujeta a otra piel que duerme tus caricias. Crisálidas que despertaban a las sensaciones que estuvieron escondidas por tantas circunstancias adversas.
Miles de brotes de roces que eran saludos y despedidas cada vez que se abrazaban los encuentros. Almacenes de un lujo de sentidos, en dos claras lunas tan oscuras que estaban predestinadas al encuentro.
Nunca fue amor, pero así lo vivimos, desde que nos nació esta vida de compartir los días y las noches, de esa manera consentida y a la vez peligrosa que nos ha llevado hasta ahora. Un suspiro desalentado nos está aprisionando las palabras, la voz que fue protagonista, la iluminada ternura con ese toque amargo que hizo que la unión fuera aún más asentada entre nosotros, al venir de desechos de algún amor, que destruyó lo que algún día quiso ser un amor.
Nos duelen las miles controversias, la inadaptación, la saliva gastada en besos nunca dados, los silencios y a veces también las palabras que habría que dejarlas que volaran para llegar al borde de los labios contrapuestos.
Quisimos que así se sostuviera y cayó en un derrumbe al paso de los años, sin darnos cuenta apenas. Lo dulce, se hizo amargo, las manos se alejaron, los besos se olvidaron de que un día hubo bocas que estaban esperando.
Se formó la cordura para aplastar cada pequeña idea con trazos de locura que entraba en rebeldía y se dejaba resbalar al lado de unos corazones que no latían juntos hace tiempo.
Se vistió la pasión con una seda rota y no dejó que hubiera más acuerdos de dormir solamente con una piel vibrante que quería percibir el sudor, las caricias, la placidez después de ser tan sólo uno, en un sólo momento.
Nunca fue amor, pero así lo vivimos hasta este último espacio donde nos acabamos la paciencia y regresamos a una soledad, que hizo que de repente nos perdiésemos en un vacío extraño que volvió a unirnos, en una vida distante sin disciplina alguna, que nos va interviniendo las noches con plácemes y parabienes de cada luna errática, que son las que aún nos abrazan y siempre, siempre insisten en no dejarnos solos... aunque nunca fuera amor lo que siempre sentimos, entre nosotros dos.

viernes, 24 de mayo de 2013

Libertad...



La libertad es el beso impugnado, la luna alrededor del cuello sujetando los días, la soledad que brota de las manos a recibir la luz que hace de guía para todas las noches donde vivo dormida.




La libertad es saber que aunque no voy a volver, siempre estaré aquí, entre todas estas líneas que abren  mis caminos y cierran las puertas obsoletas e indebidas.

La libertad soy yo si me miro hacia dentro y me recuerdo viva. Un suspiro por cada paso dado en un obligado cumplimineto, hasta alcanzar las metas perseguidas.
Una voz que llama desde lejos a todos mis ruidos olvidados, a todos mis silencios, a todas mis locuras y a todas mis heridas.

La libertad es sólo un momento, un pequeño momento, donde yo ya no existo y dejo de ser mía, para ser una nada y así poder ser libre del olvido, que olvidó que era yo quien existía en el cuerpo desnudo que supiraba a través de mis miradas.

La libertad es lo absurdo de cada día estrecho que se sienta a mi lado, esperando que salve mis batallas en ese inhospito silencio de cada noche donde respiro sueños que se abracen dispuestos a sentir mis medidas en cada paso largo y en cada corta  pauta de cada nuevo día.

La libertad es ese intento de saber que soy yo, a pesar de mis malos y de mis buenos días y que nunca me miento, aunque no encuentre la salida.

domingo, 5 de mayo de 2013

Nuestra madrugada...



Me parió sin luz, de noche, al abrirse las lunas, en una fría esquina de la nieve que caía con el firme propósito de teñirme la piel que iba a ser mía.

Dispuesta a no rendirse a pesar de ese loco alboroto que se le vino encima, me dejó deslizarme a través de su vientre entre un dolor y otro hasta la vida que buscó para mi.

Se nos paró el tiempo en esa madrugada enlazadas aún por esa línea blanda y audaz que me fue alimentando de sueños y palabras durante tantos meses y luego en un mágico instante se nos rompió el silencio con el llanto que saltó de mi cuerpo hasta su fría y seca boca que me estaba esperando en cada beso pensado.

Al oír mis lamentos, descansó su cabeza sabiendo que existía con la fuerza del viento del invierno que me había traído en ese día. Me lavaron despacio con un cariño inmenso, me cubrieron de las ropas tejidas desde el centro de su tiempo hacia mis "nadas".  Después me acunaron un poco, mientrás ella miraba el fondo de mis ojos.

Cuando sentí su pecho latiendo con el mío, dejé que mi memoria recordara todo lo que vivimos abrazadas, en ese cuarto estrecho de su vientre y regresé al principio cuando casi era nada y ella acariciaba desde fuera mi extraña silueta, mientras contaba un cuento o cantaba una nana, en un aire que apenas sostenía mi nombre.

Me desperté de pronto de todos los recuerdos y me paré a mirarla. Sus ojos grandes, como grandes ventanas hacia el mundo me decían: " te quiero ", sin necesitar que ninguna palabra brotara de su boca para rozarme el alma.
Pasó un rato de silencios redondos, donde se respiraban las luces de una amanecida de nieve con sonrisas y lágrimas con el dulce sabor de la alegría de la vida donada. Luego, nos dejaron a solas con nuestras manos enlazadas.
Tan sólo nos mirábamos mientras llegaba el sueño y con él la mañana, de ese primer día de la vida que mi madre me había regalado, amparando mi cuerpo con su cuerpo, para que en mi llegada supiera que estaría protegida y que nunca, nunca... me faltaría nada.

domingo, 10 de marzo de 2013

En la nada...



Fue castigando el sur,
toda vez que miraba
a cada una de las noches,
donde vivió algún día.
No se supo esperar
y avasalló su voz,
en lamentos confusos y
atrevidos,
mientras apenas
sus pies la sostenían.

Tuvo claro de siempre
que nunca alcanzaría las
estrellas,
que ese no era su sitio,
que jugar a ser alguien
era lo que llevaba escrito
en esa piel de azúcar,
que la bañaba entera
de final a principio.

Y un día de repente,
tuvo bondad el cielo
y dibujó su plácida
y distraída luna,
en el color tardío
de un amor de película.

Y se sintió valiente
y se mimó los labios
para besar los lazos,
que se le proponían.
Y se lanzó a ese juego
y a ese fuego creyente,
donde surcó los vientos
que nunca fueron suyos
y ahora, se quedaban
en sus bordes calientes
que la vestían toda,
de las luces crecientes.

Abandonó las hordas
de los pasos cansados,
cejó el peregrinaje
de las ocultas lunas,
apretó la mirada
junto a esos otros ojos,
que iban trastornando
la quietud de su alma.

Y otra vez, nuevamente,
así, tan entregada...
se murió de repente
al notar que en la huida,
no le quedaba nada.
Después de aquella entrega
total y apasionada,
se vertió toda ella
en mil sueños de lágrimas
al ser su soledad
de nuevo compañera,
de sus vientos sin calma.

Hubo de regresarse al sur,
que antaño castigaba
esas noches vacías.
Y tiñó sus espejos
de melodías vanas,
para que no pudieran
devolver siluetas,
que fueran engañadas.

Apagó su sonrisa
y mirando hacia el sur,
se vivió muy deprisa
los huecos que quedaban.

Y un día de repente...
se amaneció en la nada.

( Este poema fue el que leí en el recital del Día Internacional de la Mujer, en Alicante, marzo 2013)

sábado, 2 de febrero de 2013

Binomio...





Bocas abiertas, desgastadas,
bocas casi siniestras buscandose en la nada.
Binomio de cautivos con cadenas pegadas.

Caderas, surcos, abrazos de silencio...
perfil inacabado de ruidos y de voces
que susurran en un viento
perenne y olvidado.

Tu boca, la mía, en los distantes besos
que desplazan el aire, que las dos se respiran
y dibujan el hilo de la voz que las  mima:
" Ay amor, sin ti  no entiendo el despertar..."
Tu boca, mi boca, presunción incompleta
de las almas perdidas.
Binomio disidente, del latido del cuerpo enamorado:
" Ay amor, sin ti mi cama es ancha..."
Caderas, surcos, manos,
tan apretados besos que palpitan
en huesos, en caricias de pieles tan mojadas,
tan calientes y en segundos tan frías.

Quiero plagiar tu nombre,
mientras tocas mi corazón salvaje con tu boca.
que a fuerza de latirme, brotan de él gemidos
que abrazan el lienzo que enreda las mañanas:
"Ay amor, que me domina la verdad
entre tu y yo la soledad
y un manojito de escarcha"
Frío, frío, tanto frío
¡que no quiero escucharlo!
Seda para sanar heridas, esparto para dañar el alma
y agua bendita para bañar los cuerpos,
que luego se marchitan.

Binomio desatado de lazos conjurados
donde parte la vida.
Voy a quedarme el aire que me roba tu boca
y en el siguiente beso...
te devuelvo la mía.  
Binomio de una vieja locura,
con voz impacientada.

( Los versos entrecomillados pertenecen a la canción    " Romance de Curro el Palmo" de J.M. Serrat )

domingo, 6 de enero de 2013

Lo doliente ...






La puerta cerró el aire 
y tambien lo doliente.





Un  aire almacenado
en palabras muy viejas
que no hubieran pasado
de esa puerta,
si él no hubiera gritado
al traspasarla.

Dentro quedó el silencio
amable, justo,
ligero en sus andanzas,
sostenido despacio
en el resto del aire
que quedaba,
mientras iba pisando
las estancias
donde ahora era el rey.

Y se sintió valiente
y se acercó a la dama que lloraba.
Era un rincón pequeño,
impreciso quizá,
para aguantar las lágrimas
de aquella despedida.
No sabiendo que hacer
con la afligida dama,
se aposentó en su espacio
y en silencio
le lavó las heridas.

Abrió su corazón,
abrazó su dolor
y le pintó la risa
con la luz que escapaba
por la extraña rendija de esa vida,
donde estaba atrapada.

La puerta se abrió al poco
y entró el aire,
con ropa de borracho
y gritos de cobarde.
Huyó la luz de la rendija,
paró el silencio su paseo tranquilo
y dejó de sanarle las heridas.

El aire oscurecido
que él se bebió en la calle,
se fue desparramando,
así sin prisa,
por esa piel
de plata deslucida
que le vestía a ella
su desdicha.

Antes de que el sabor del vino
la tocase,
se levantó deprisa
y trazando mil giros
y en silencio,
dejó vencer su cuerpo
hacia la luz del día.

Tratando de alcanzar su posesión,
alargó pies y manos
para tomar su presa,
pero su andar torcido
y ya algo errático
no pudo sujetarle la cabeza
y el aire espeso que estaba respirando
jugó en su contra
y partió el corazón
con hielo y fuego,
parando su tic-tac
entre las  sombras.

La puerta nuevamente
cerró el aire
y también lo doliente.
La paz que da la muerte,
le ha traído la vida...
de repente.


(Ya sabemos que ha existido, la primera victima de violencia de género de este año...¡qué comienzo XD ! )